jueves, 12 de febrero de 2009

EL ICEBERG DE LA CRISIS


Cuando al primer mundo le da un escalofrío, el tercer mundo se debate en una pneumonía, así reza el dicho popular.
En estos tiempos estamos viviendo un nerviosismo general y hemos centrado la atención en el tema económico: el otro me decía el mecánico donde llevo a hacer el mantenimiento del coche: “Tengo mucho miedo, no sé por dónde irá a resultar todo esto, pues veo que todo el mundo que entra al taller está lo mismo y no se habla de otra cosa, no he visto a nadie que vea las cosas con esperanza”.
Pero se nos está pasando por alto otro problema que es mucho más grave que el económico y la gente sigue en el mismo plan, sin tomar conciencia de donde está metida: la degradación moral, social, ética en la que estamos entrando a marchas forzadas, empezando ya a saltar las alarmas de la corrupción; a medida que vayan faltando fondos para continuar el ritmo que hemos montado, vendrá la delincuencia y la situación de un barco a la deriva, en donde cada uno se intenta salvar a como dé lugar. Yo he conocido lugares en donde a los niños el “Papá Noel” les trae una pistola, pero de las que matan. Este es el camino que hemos cogido.
Efectivamente, pienso que este hombre llevaba razón, es para tener miedo. Pero es necesario que tomemos conciencia de que todo lo que se nos está viniendo encima, es fruto de todo lo que hemos venido rompiendo: se estableció el horizonte del “bienestar” a costa de lo que cueste y de quien caiga, como algo irrenunciable y hemos ido rompiendo la moral, la educación, la ética, la religión, el respeto… y con todo esto, le hemos venido dando golpes a todas las instituciones que componen el tejido social; es decir: hemos ido desmantelando el edificio donde vivíamos, como quien tira a la basura todo lo que tenía, porque lo considera caduco y trasnochado.
Después de desmantelar el edificio, se ha comenzado a tirarlo, dando miles de argumentos y se ha derribado la familia, las estructuras sociales, la misma constitución del país y nos pusimos a pelear los unos con los otros haciendo que desparezca la solidaridad interna y, lógicamente, la externa.
Este es el “Nuevo Orden Mundial” que pretende descubrir un mundo nuevo, reinventar la sociedad, escribir una nueva historia, como si todo comenzara ahora y nada de lo que existe hubiera existido antes, como si todo lo que hemos vivido antes hubiera sido una pre-historia que ya ni siquiera interesa, pues lo que ocurrió hace 10 años eso ya pasó, eso no interesa para nada… Y el mundo ha entrado en una espiral de muerte, pues todo deja de tener valor el momento que ya no responde a mis necesidades y se ha llegado a equiparar a la persona con una cosa que tiene fecha de caducidad.
Lógicamente, cuando el “barco” pierde el rumbo y entra en deriva, el grito es ¡¡Sálvese quien pueda!!, es lo que estamos viendo con los dirigentes que se entretienen en pelearse, en descalificarse, en insultarse…mientras todo se va descomponiendo y en este río revuelto los pescadores van haciendo su agosto, con lo que el empobrecimiento de las grandes masas se hace violento y la concentración de las riquezas también se hace de forma escandalosa.
Mientras tanto, para distraer al personal, se le va dando “pan y circo” (futbol y grandes culebrones: ahora mismo acabo de oír en TV que a una famosa le van a dar un millón de euros por contar sus experiencias de sexo con su “ex” compañero)
Puede parecer tremendismo y pesimismo del más duro todo lo que estoy diciendo, pero es cuestión de que usted abra los ojos y observe: ¿De qué habla la gente? ¿Qué perspectivas de futuro se barajan? ¿Quién cree en los políticos, a no ser que esté chupando del bote?
Si ampliamos la mirada, podemos ver las perspectivas en las que nos movemos: con 30 mil millones de euros al año se arreglaría el problema del hambre en el mundo, ¿Qué supone esto para el primer mundo? Pero ¿qué se está haciendo? En este año que ha pasado se ha gastado dos BILLONES de dólares en armas, en cambio no se deciden a dar el famoso “0´7” para ayuda al desarrollo. ¿Me puede decir alguien qué perspectivas hay?
Y el ritmo de destrucción del planeta sigue imparable, en paralelo con la destrucción del tejido industrial, pues todos huyen a donde se pueda engordar más con menos esfuerzo y se va sometiendo al hombre a la explotación y dejando morir de hambre a grandes áreas de la humanidad, incitándolas a la violencia y a la guerra, mientras por otro lado se promueven leyes de exterminio que van haciendo del ser humano una especie en extinción, en beneficio de unos cuantos, al servicio de quienes funcionan como lacayos los políticos de turno de las naciones.
Definitivamente pienso que se ha declarado un estado de esquizofrenia colectiva que nos ha infectado a todos. En esta locura nos estamos jugando el futuro de la tierra. El aspecto de la economía es como la punta del iceberg, pero la podredumbre está sumergida y eso es mucho más difícil de sanar.