“MÁS VALE MALO CONOCIDO
QUE BUENO POR CONOCER”
Hay algo que rompe toda la dinámica de la esperanza, es cuando el hombre se instala en una situación y se resiste a salir de ella; esa actitud y la muerte espiritual, es la misma cosa.
Estoy pensando en algunos momentos concretos: un grupo de jóvenes que se rebelan porque se les pone un video en el que se muestra cómo se realiza un aborto y empiezan a gritar diciendo que los estoy tratando de criminales, pero previamente habíamos mantenido una conversación en la que todos estaban de acuerdo con que un feto no es una persona y que, por tanto, si no es algo querido, no hay obligación de traerlo al mundo. Llegaron a decir, incluso verdaderas aberraciones. Sin embargo, cuando lo vieron, protestaron energicamente porque no querían ni verlo, ni escuchar una opinión diferente a la que ellos tenían que pusiera en tela de juicio lo que están pensando. Este hecho tiene muchas lecturas que dejo para que cada uno saque sus conclusiones.
Otro momento concreto fue en la catequesis, en donde presento unas imágenes de niños desnutridos en fila para coger un poco de comida y una madre me protesta muy enfadada, a los pocos días, diciendo que retira su hijo de la catequesis porque he herido la sensibilidad del niño, pues a la hora de comer se acuerda de aquellos niños que vio hambrientos y se pone triste.
Otro momento importante fue al invitar a un grupo de padres, preocupados de la educación de sus hijos, que se plantean el tema de la Educación para la Ciudadanía que el gobierno de turno quiere imponer. Es gente que se ha informado sobre el tema y están haciendo frente, pidiendo que se les reconozca el derecho que tienen a ser ellos los que eduquen moralmente a sus hijos; a los pocos días me encuentro con algunos padres molestos porque dicen que ellos vienen para que se les hable de Dios y que los asuntos de la política es cosa que a mi no me incumbe.
Y cuando te encuentras con estas actitudes en la vida, no puedes evitar el sentir pena, decepción y hasta impotencia, porque de un muerto no puedes esperar vida, de una sociedad que se ha instalado en una situación de muerte, no puedes esperar nada, solamente que la entierren.
Es la imagen de Jonás: Dios le está llamando para que vaya a Nínive y le diga a los ninivitas que dejen de fastidiar a su pueblo, que como no cambien van a tener que aguantar la fuerza de Dios contra ellos. Pero él vive instalado en su comodidad, no quiere mirar a lo que le está rodeando, ha aceptado perder el tren de la vida, no cree que valga la pena hacer algo por su pueblo ni por él mismo.
Ha aceptado y da como válido el dicho popular: “Más vale malo conocido que bueno por conocer” que no es más que la excusa para estancarnos, es la forma de justificar la perdida de la esperanza y un dar por perdida la batalla sin haberla peleado.
Lógicamente, es la estrategia de todo. régimen político, social, religioso: convencer a la gente de esta situación: hacerle ver que está todo perdido, que hagas lo que hagas no hay otro camino. Cuando esta sensación se generaliza, la batalla está perdida y el pueblo se convierte en un redil de ovejas que basta que entre una, las demás agachan la cabeza se dejan llevar incluso al precipicio.
QUE BUENO POR CONOCER”
Hay algo que rompe toda la dinámica de la esperanza, es cuando el hombre se instala en una situación y se resiste a salir de ella; esa actitud y la muerte espiritual, es la misma cosa.
Estoy pensando en algunos momentos concretos: un grupo de jóvenes que se rebelan porque se les pone un video en el que se muestra cómo se realiza un aborto y empiezan a gritar diciendo que los estoy tratando de criminales, pero previamente habíamos mantenido una conversación en la que todos estaban de acuerdo con que un feto no es una persona y que, por tanto, si no es algo querido, no hay obligación de traerlo al mundo. Llegaron a decir, incluso verdaderas aberraciones. Sin embargo, cuando lo vieron, protestaron energicamente porque no querían ni verlo, ni escuchar una opinión diferente a la que ellos tenían que pusiera en tela de juicio lo que están pensando. Este hecho tiene muchas lecturas que dejo para que cada uno saque sus conclusiones.
Otro momento concreto fue en la catequesis, en donde presento unas imágenes de niños desnutridos en fila para coger un poco de comida y una madre me protesta muy enfadada, a los pocos días, diciendo que retira su hijo de la catequesis porque he herido la sensibilidad del niño, pues a la hora de comer se acuerda de aquellos niños que vio hambrientos y se pone triste.
Otro momento importante fue al invitar a un grupo de padres, preocupados de la educación de sus hijos, que se plantean el tema de la Educación para la Ciudadanía que el gobierno de turno quiere imponer. Es gente que se ha informado sobre el tema y están haciendo frente, pidiendo que se les reconozca el derecho que tienen a ser ellos los que eduquen moralmente a sus hijos; a los pocos días me encuentro con algunos padres molestos porque dicen que ellos vienen para que se les hable de Dios y que los asuntos de la política es cosa que a mi no me incumbe.
Y cuando te encuentras con estas actitudes en la vida, no puedes evitar el sentir pena, decepción y hasta impotencia, porque de un muerto no puedes esperar vida, de una sociedad que se ha instalado en una situación de muerte, no puedes esperar nada, solamente que la entierren.
Es la imagen de Jonás: Dios le está llamando para que vaya a Nínive y le diga a los ninivitas que dejen de fastidiar a su pueblo, que como no cambien van a tener que aguantar la fuerza de Dios contra ellos. Pero él vive instalado en su comodidad, no quiere mirar a lo que le está rodeando, ha aceptado perder el tren de la vida, no cree que valga la pena hacer algo por su pueblo ni por él mismo.
Ha aceptado y da como válido el dicho popular: “Más vale malo conocido que bueno por conocer” que no es más que la excusa para estancarnos, es la forma de justificar la perdida de la esperanza y un dar por perdida la batalla sin haberla peleado.
Lógicamente, es la estrategia de todo. régimen político, social, religioso: convencer a la gente de esta situación: hacerle ver que está todo perdido, que hagas lo que hagas no hay otro camino. Cuando esta sensación se generaliza, la batalla está perdida y el pueblo se convierte en un redil de ovejas que basta que entre una, las demás agachan la cabeza se dejan llevar incluso al precipicio.