Comenzamos un nuevo año como quien coge un ramillete con 365 margaritas que vamos a ir deshojando cada día a base de "síes" y de "noes":
SÍ al amor, a la verdad, a la honestidad, a la honradez, a la justicia, a la lealtad, a la sinceridad, a la fidelidad, a la sencillez, a la libertad, a la solidaridad, a la amistad, a la escucha, a la tolerancia, al respeto, a la alegría, a la humildad, a la vida, a la esperanza, a la confianza... a la PAZ, porque todo esto, hecho vida, da como resultado la PAZ. Y es curioso: el primer día del año lo dedicamos a la PAZ.
Pero para que esto suceda han de ser también 365 días deshojando los "noes":
NO al odio, a la violencia, a la mentira, a la corrupción, al amiguismo, al chantaje, a la opresión, al engaño, a la infidelidad, a la arrogancia, a la esclavitud de ningún tipo, a la explotación y a la presión insolidaria, a la intolerancia que oprime y obliga a crear un patrón único de pensamiento y de actuación, a la guerra y a la explotación criminal que incita a que los pueblos se maten entre hermanos para robarles, a los nacionalismos estúpidos que nos dividen, a las guerras de las grandes potencias que ponen a pelear a los pobres y oprimidos.
NO a los políticos mentirosos que juegan y se burlan del pueblo y lo dividen y le hacen perder toda su fuerza y su dignidad mientras lo estrujan y le chupan la sangre y riegan sus fortunas con el sudor de los empobrecidos.
No a los "Herodes" que han decidido que matar a los niños es un derecho de sus madres y sostienen una industria millonaria a costa de estos crímenes, mientras están logrando que gran parte de la humanidad lo acepte, se calle y hasta lo vea razonable.
Estoy seguro que Dios ha de hacer un juicio muy severo del genocidio que se está cometiendo y que un día ha de llorar la humanidad amargamente este crimen...
Cuando llegue el 31 de Diciembre próximo, podremos hacer el recuento de los "síes" y de los "noes", pero habrá que ver también algo que será sumamente importante: hemos de tener en cuenta cuántos "síes" hemos convertido en "noes" y viceversa, porque eso indicará también la capacidad que hemos tenido de fidelidad o cuántas veces nos hemos dejado engañar o hemos claudicado al chantaje.
SÍ al amor, a la verdad, a la honestidad, a la honradez, a la justicia, a la lealtad, a la sinceridad, a la fidelidad, a la sencillez, a la libertad, a la solidaridad, a la amistad, a la escucha, a la tolerancia, al respeto, a la alegría, a la humildad, a la vida, a la esperanza, a la confianza... a la PAZ, porque todo esto, hecho vida, da como resultado la PAZ. Y es curioso: el primer día del año lo dedicamos a la PAZ.
Pero para que esto suceda han de ser también 365 días deshojando los "noes":
NO al odio, a la violencia, a la mentira, a la corrupción, al amiguismo, al chantaje, a la opresión, al engaño, a la infidelidad, a la arrogancia, a la esclavitud de ningún tipo, a la explotación y a la presión insolidaria, a la intolerancia que oprime y obliga a crear un patrón único de pensamiento y de actuación, a la guerra y a la explotación criminal que incita a que los pueblos se maten entre hermanos para robarles, a los nacionalismos estúpidos que nos dividen, a las guerras de las grandes potencias que ponen a pelear a los pobres y oprimidos.
NO a los políticos mentirosos que juegan y se burlan del pueblo y lo dividen y le hacen perder toda su fuerza y su dignidad mientras lo estrujan y le chupan la sangre y riegan sus fortunas con el sudor de los empobrecidos.
No a los "Herodes" que han decidido que matar a los niños es un derecho de sus madres y sostienen una industria millonaria a costa de estos crímenes, mientras están logrando que gran parte de la humanidad lo acepte, se calle y hasta lo vea razonable.
Estoy seguro que Dios ha de hacer un juicio muy severo del genocidio que se está cometiendo y que un día ha de llorar la humanidad amargamente este crimen...
Cuando llegue el 31 de Diciembre próximo, podremos hacer el recuento de los "síes" y de los "noes", pero habrá que ver también algo que será sumamente importante: hemos de tener en cuenta cuántos "síes" hemos convertido en "noes" y viceversa, porque eso indicará también la capacidad que hemos tenido de fidelidad o cuántas veces nos hemos dejado engañar o hemos claudicado al chantaje.